Sueño recurrente
y sin confín,
con un torso desnudo
y unos labios secos
que profesan recuerdos
dejados en un esquinero.
El ángulo agudo
de una comisura
que deja a la vista un colmillo
y variedad de pensamientos
prohibidos,
hasta en los sueños.
Una tanda de dejavús
y este inconciente débil,
que aún pudiendo soñar lo que quiera
decide dejarme
con el anhelo.