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lunes, 24 de junio de 2019

Hagámosla corta.

Que le miro la historia,
que la dejo pasar,
que me cambio la foto
para su atención llamar.

Ya pasaron cinco minutos,
ahora puedo contestar,
pero él tarda una bocha,
no le debo interesar.

Le dió like a esa pibita
era obvio que lo iba a ver,
me lo hace a propósito
que le voy a ser.

Ahora subo una foto
para alimentar el ego
pero si no le gusta a él,
me retiro del juego.

Mira amiga!
me mandó un mensaje
no sé que responderle,
es un personaje.

No le voy a hablar más,
me clavó el visto
ya estoy harta de esto
ya fué, listo.

Cuánta energía gastada
en esas estrofas armadas
imagínate en la vida real
ah no..cierto, que tarada.

Dejemos de perder el tiempo,
digamos las cosas claras
dejemos de perder el tiempo,
veámonos cara a cara.



Haiku del afecto.

A veces soy mar,
goteo agua salada
con el fin de sanar.

Lleno el vaso
de tristeza pura que
logra desbordar.

Que problemita,
nadie me dijo, cómo
 dejar de amar.








El manual del mal de amores

Un día de invierno
igual al resto,
mis ojos tropezaron
con esos renglones
cargados de recuerdos
retenidos en un lagrimal.
Cómo era posible?
si había seguido las instrucciones.
En que me había equivocado?
si casi todo el trabajo
le correspondía al tiempo.
Yo, solo tenía
que coser la abertura
y asegurarme
que los puntos sanen bien.
Miré la cicatriz,
y fue ahí
cuando vi la herida abierta.
Una grieta
rebalsada de emociones
que hacían presión
y tensaban los hilos
de la sutura mal hecha,
que cada latido
aflojaba aún más.
Con la derrota sobre la espalda,
le dije como si escuchara:
"No voy a superarte"
y el dolor paró
y el contador volvió a cero.







jueves, 6 de junio de 2019

La poesía: un (Antoni)mo del olvido.

Mi bisabuela llegó de Italia con mi abuela Laura y sus hermanos menores cuando ella tenía apenas 9 años. Es la más grande entre cinco. No terminó el colegio y por eso siempre se sintió inferior al resto. Decía que le daba vergüenza acotar en conversaciones y que en muchas otras no tenía el derecho a opinar directamente. Ay abuela, si supieras las barrabasadas que dicen algunos con título secundario y universitario.
Por ese complejo que acarreaba, siempre fue bien predispuesta. Le gustaba trabajar y sentirse útil. Lo hizo en negocios y hasta tuvo su emprendimiento. Conoció a mi abuelo y se casó muy joven. Tuvieron tres hijos y una vida sacrificada. Mi abuelo viajaba mucho, trabajaba en el ferrocarril y le demandaba mucho tiempo fuera de la casa. Mi abuela crió a mis dos tíos y a mi papá casi sola, como pudo. Su matrimonio era complicado, la relación no era de las mejores. Mi abuelo era un obsesivo de los celos. Eso y su ausencia en el hogar los llevó a separarse, pero sin dejar de lado la convivencia.
Sí, estaban separados pero viviendo bajo el mismo techo. Compartía espacio en común con alguien a quien ya no amaba y que cualquier mínima pelea, era motivo suficiente para desatar una guerra. Estaba atrapada en una nebulosa de remordimientos y sus deseos estaban condicionados por una tormenta ajena. No hay peor veneno que el de la falta de libertad. Sin darse cuenta se dirigió lentamente por el camino que la llevaría a un infierno. Sus hijos se lo decían y ella lo sabía, pero no la podían juzgar. Eran otras épocas o al menos, esa era la excusa. Sin embargo la cosa cambió, mi Abuela tuvo a su Salvador, Antonio. Lo conoció en uno de los tantos viajes que hacía con su grupo de jubilados. Mi abuela y Antonio eran inseparables. Se querían mucho. El la contenía, la hacía sentir segura de sí. Mi abuela volvía a su casa porque sabía que al otro día lo iba a volver a ver a él. Al principio tenían una relación secreta, ni se imaginaban el escándalo que podría llegar a pasar si mi abuelo se enteraba, aún así estando en todo su derecho de volverse a enamorar. Era mejor hacerlo así y Antonio entendía, no le importaba, porque la quería.
Pero llegó un momento que fue insostenible esconder tanto amor.
Yo lo conocí. El me tuvo en brazos desde bebé. Me sacaban a pasear de vez en cuando pero solo lo conocía como un amigo suyo y mucho más de grande entendí. Según mi mamá, él tenía fascinación conmigo. Y yo con él. Capaz porque era la nieta mas grande, vaya uno a saber.
Antonio era una persona noble e inteligente, tenía un corazón grande. Siempre se acordaba de nosotros, los nietos de Laura.
Con el correr de los años Antonio se enfermó. Le diagnosticaron Parkinson, esa maldita enfermedad que te debilita todo el cuerpo. A él lo entristecía su ineficiencia física, la cabeza la tenía intacta, entonces podía darse cuenta de muchas cosas. Mi abuela le dedicó sus últimos meses como a nadie. Antonio llegó un momento que no podía ni comer, ni ir al baño solo. Sin embargo mi abuela estaba ahí, al pie del cañón para lo que el necesitara, por amor. El sentía vergüenza de parecer otra vez un niño y le agradecía más de la cuenta, por su sacrificio y compañía. Hace no tantos meses se lo terminó llevando la enfermedad. Mi abuela quedó devastada y con un gran vacío. Volver a su casa ya no tenía el mismo propósito. Ella igual se siente agradecida y afortunada porque Antonio se haya cruzado en su vida. La salvó, le dio amor y respeto.
Hace poco soñé con él. Estábamos en una terminal de micros que iban directo a Córdoba. Yo era más chica y Antonio se despedía de mi abuela y de mi, antes de subir al micro. Me hubiera gustado no olvidarme de darle un abrazo y agradecerle por estar al lado de mi abuela todo este tiempo. Más de 30 años juntos.
Una semana después de ese sueño mi hermano me contó que mi abuela le había dejado un pendrive que había encontrado en el ex departamento de Antonio y le pedía que se fijara que había adentro para ver si tenía importancia o no.
Cuando lo revisó había varias carpetas, una de ellas tenía el nombre de “Laura”, con un buen presentimiento le dió doble clic.
Cuándo la abre se encuentra con un fragmento de un poema de Francisco Luis Bernardez llamado "La ciudad sin Laura" que dice así:
"En la ciudad callada y sola mi voz despierta una profunda resonancia.
Mientras la noche va creciendo pronuncio un nombre y este nombre me acompaña.
Para poblar este desierto me basta y sobra con decir una palabra.
El dulce nombre que pronuncio para poblar este desierto es el de Laura.
¿Qué hubiera sido de mi vida sin este nombre que pronuncio en el desierto?
¿Qué hubiera sido de mi vida sin este amor que me acompaña desde lejos?
Aunque las leguas se interponen entre nosotros, ya no pueden separarnos.
Porque el amor que vence al tiempo no puede estar sino a cubierto del espacio.
Entre la dicha y mi existencia la diferencia que hubo ayer se va borrando.
El ser que nombro es el que, siendo, me da una vida sin dolor ni sobresalto."
Leo esto, querido Antonio y pienso como dulcemente hiciste de tus recuerdos sobre ella algo infinito, sin saber que los mismos, serían una estampa que harían de tu olvido, un acto imposible.
Y con una tierna ironía me pregunto:
¿Que hubiera sido de mi abuela sin vuestro encuentro?
Y ¿Que sería de ella sin tu amor que la acompaña desde tan lejos?
Gracias por la vívida prueba del amor incondicional.
Coni.





viernes, 22 de marzo de 2019

Definiendo(me)

-Estoy entendiendo lo poderoso que es el cerebro.Pero todavía no se como usarlo para mi beneficio.
-Siempre reprimo mis ganas de llorar, porque son por pelotudeces y no sabría justificarme si me ven.
-A veces siento que me tambaleo por fuera, minimamente.
-Me gustaría saber muuucho sobre un tema, pero no hago nada al respecto para cumplirlo.
-Caí en la burbuja social en la que vivimos, por una propaganda de una novela.
-Sé que llamo la atención y me gusta llamarla también.
-Me gustaría ser una artista reconocida.
-Me gusta el arte erótico. Siento que es hermoso y poco valorado por lo tabú.
-Disfruto mas un beso que cojer.
-Creo que la homosexualidad es de nacimiento.
-Sería muy feliz trabajando de moza en un bar en la playa.
-Miento cuando lo creo necesario.
-No duermo bien de noche.
-La semana de la dulzura es una pelotudez.
-Las redes sociales me enferman.
-Lo simple y básico siempre es más.
-Tengo secretos bizarros que jamas le contaría a alguien.
-Mirar un punto fijo me da placer.
-Ya no me miro tanto en el espejo.
-A veces no se porque tomo mate.
-Me gustaría alguna vez en mi vida presenciar una aurora boreal.
-Me gustaría tener pecas.
-La música potencia cualquier sensación emocional.
-Te tienen que pasar cosas malas para ver cosas buenas.
-La desesperación es el motor de ultimo recurso que usamos para hacer cosas o muy negativas o muy positivas.
-Me acuerdo del perfume de cada persona cercana. Suelo identificarlo fácil cuando camino por la calle. Y me trae nostalgia.
-Definitivamente mis estados de ansiedad son la replica de un estado de drogadiccion.
-Ser firme y mantener mis convicciones me es bastante complicado. Cambiar de rutina o habito, también.
-Aparento mucho lo que no soy.
-Me pasa que a veces, pocas, tengo 2 minutos de claridad, en los que entiendo TODO, todo eh, después se pasa y no me acuerdo.
-Si hay algo que me define es el álbum de papá “white sheep” que escuchaba en el Mondeo.
-En momentos de crisis puedo pensar hasta 50 cosas x minuto.
-Claramente la rutina me hace como el ojete, y la gente también.
-Trato de acordarme lo que viví para bien y como me ayudó a crecer.
-Nunca hagas sentir mal a alguien.
-Trata de decir que no cuando realmente lo sientas.
-Siento la terrible necesidad de empezar de cero en algún lado.
-Creo que no sirvo para estudiar.
-Me pierdo cosas por miedo.
-Me preocupaba no enamorarme nunca.
-Siento mucho y no sé donde ponerlo.
-Tiendo a deprimirme con facilidad. 
-Idealizo absolutamente todo.
-La ignorancia o desinformación es debilidad.
-Soy muy egoísta.

Dialogo profesional

-Sabes qué Marie, a veces me preocupa entender a fondo los problemas de los pacientes psiquiátricos, maníacos, bipolares, trastornados o dep...