Mostrando las entradas con la etiqueta infelicidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta infelicidad. Mostrar todas las entradas

lunes, 24 de junio de 2019

El manual del mal de amores

Un día de invierno
igual al resto,
mis ojos tropezaron
con esos renglones
cargados de recuerdos
retenidos en un lagrimal.
Cómo era posible?
si había seguido las instrucciones.
En que me había equivocado?
si casi todo el trabajo
le correspondía al tiempo.
Yo, solo tenía
que coser la abertura
y asegurarme
que los puntos sanen bien.
Miré la cicatriz,
y fue ahí
cuando vi la herida abierta.
Una grieta
rebalsada de emociones
que hacían presión
y tensaban los hilos
de la sutura mal hecha,
que cada latido
aflojaba aún más.
Con la derrota sobre la espalda,
le dije como si escuchara:
"No voy a superarte"
y el dolor paró
y el contador volvió a cero.







jueves, 20 de junio de 2019

Melancolía

Apago el velador y noto 
que la luz que entra por mi ventana 
ya no es naranja.
El reflector de la calle se apagó 
y con él también 
su calidez.
Irrumpe un tono melancólico
como cuadro de Picasso 
en sus períodos azules. 
Me invade la nostalgia
en ese reflejo, 
de barrotes de acero sobre mis paredes 
y me tocan la puerta los pensamientos 
que tanto evité. 
Quizá estas emociones 
tiñan sus raíces en colores tenues 
y decoren sus desdichas con tonos opacos.
O tal vez sea yo, 
que me desbordo.


miércoles, 29 de mayo de 2019

Reflexión vieja

Unos meses atrás me despedía del continente que me hizo feliz por 45 días, algunos fueron duros y nostálgicos, otros divertidos e inolvidables. De alguna manera, al alejarme de todos, me acerqué. Me acerqué a mi misma, esa sensación de libertad no me la sacaba nadie, excepto ese vuelo.
Me acuerdo un par de momentos en los que sentí libertad absoluta.
El primero fue cuando aprendí a andar en bici sin rueditas. Tenía 7 años si mal no recuerdo. Era verano, estaba en el campo del colegio del San Miguel. Ibamos con mi familia cuando mi papá jugaba amistosos con los otros padres del colegio. Yo jugaba por ahi con algunos chicos. Agarré una bici prestada y me mandé. No recuerdo que nadie me haya enseñado para ser sincera.. Me costó las primeras veces, pero cuando me quise dar cuenta estaba maniobrando y dandome maña solita. Sentí independencia absoluta. El viento en la cara y sentirme inalcanzable. Me acuerdo patente mi desesperación porque mi mamá me viera. Le grité "Mirá má!" y ella me felicitó y yo fui muy feliz.
El otro momento fue en 3er grado. Jugábamos a la mancha en el recreo. Ahi descubrí mi habilidad con la velocidad. Un compañero me corría y yo también. Y en ese momento pensé que podia ser mucho mas rápida de lo que estaba siendo, y corrí y me impulsé y lo amagué. Y el se cansó. Me acuerdo que muchos varones estaban un poco asombrados, porque como era mujer pensaban que no podia ser mas rápida que Juan Manuel. Ese día también me sentí inalcanzable. Tiempo mas adelante me convertí en una de las mas rápidas de la clase. Me di cuenta porque todos me querían en sus equipos. Y por las medallas doradas de los 1ros puestos cuando se hacían los Sports.Lo que más me gustaba de esos deportes, no era ganar, sino el indisimulable fanatismo de mi papa por mí y por ver como llegaba primera. Me daba consejos, me alentaba, Y cuando ganaba estaba ahi para darme un beso. En fin, todo surgió porque ese día sabía que podía dar más de mi.
El anteúltimo recuerdo, y ya mas crecida, fue cuando me depositaron mi primer sueldo. Tenía mi propio dinero. Invité a mamá y a Mery a comer a Carlitos. Me acuerdo que se pagaba solo en efectivo, entonces con aires de grandeza y muy orgullosa de eso, fui a sacar plata al banco y le pagué al mozo.
El último recuerdo (por ahora) es cuando me subí al avión.
Cuánto pasó despúes de todo eso. No soy para nada la misma piba valiente, habilidosa y que sentía que podía con todo. Crecer es una mierda.
No sé en que momento se empezó a desvirtuar todo. No estoy háblando de que el cambio en el tiempo haya sido negativo, pero cambíe muchisimo de perspectiva y de mi manera de ver las cosas.
En el presente siento que nada me asombra ya. Como que estoy preparada para cualquier cosa.
Acá estoy, sin descubrir cómo llenarme, sin entender muchas cosas, enojándome con otras. Tratando de completarme con personas y sin saber cómo hacerlo sola, buscando amor, necesitando que me digan que soy importante porque realmente no me encuentro el sentido.
Me reconforta mirar al pasado, pensar en mi infancia. Trato de buscar respuestas ahi, pero es muy difícil. Lo que me da mucha impotencia es que en algún momento de mi vida me sentí indestructible, con un fin, sabía que era buena en algo, y que podía darlo todo y ser la mejor. Ahora no tengo para nada esa motivación, si sabría que es lo que me la arrebató me salvaría la vida.
Por eso la mayor parte del tiempo siento esta rotunda necesidad de empezar de cero, en algún lado. Tengo el poder de la independencia y autosuficiencia. También el de falta de extrañar. Por eso me creo capaz de soltarme en cualquier parte y sobrevivir. Esto no significa que no quiera.
Tampoco que no los necesite, pero los necesito menos. Quizás el estar lejos sea la excusa perfecta que le cierre a todos. Estando lejos no puedo cumplir expectativas, ni hacer cosas que no quiero, ni me salen. Soy egoísta, esto lo acepté hace poco, me pongo primero a mí antes que al resto. Desde mi ignorancia pregunto, ¿Cuánto de malo tiene eso?. Está esa cuestión de tener que pensar en el otro todo el tiempo, por educación, por amabilidad, por amor, por no sé. Me equivoco todo el tiempo, no es con mala intención, soy torpe, atolondrada, impulsiva. No pretendo que todo me salga bien, capaz es por eso que aprendo antes que otras personas o me consideren "madura".
A esta altura de mi vida entendí muchas cosas. La gente es muy sensible y yo muy egoísta. Me harté de complacer. Pero ojo que si no sos lo suficientemente sensible sos una loca que no le importa nada.
Me agarró un dejavú, yo descargando en notas, meses atrás, sintiendo lo mismo y esperanzada con un viaje. Me siento muy afortunada por haber tenido la oportunidad de conocer lugares increíbles, y ver que la vida es para vivir de otra manera. Que somos pequeños, qué hay que hacernos valer y que pertenezco a un lugar más allá, que a una silla giratoria de oficina.

domingo, 26 de mayo de 2019

La cabeza: Un arma de doble filo, literal.

Domenica XXVI
Siento que no siento nada. Me da todo igual. Nada me entusiasma.
Sueño con una vida idealizada que no puedo tener. Y los domingos ni hablemos. 
Pienso en todo eso y me nockea una piña de depresión. 
En estos días particulares, pienso de más.
Que peligrosa es una mente soñadora y tendenciosa a la idealización en momentos de aburrimiento.
Pienso en una milésima de segundo todo lo que está mal en este mundo, y todo lo injusto. Y me deprime. Así sin más.
Mis ánimos no están en sus notas más altas. Me cuestiono mi existencia. Así de exagerada. 
A veces pienso en mandar todo a la mierda. En dejar de hacer las cosas que ni siquiera se para que las estoy haciendo. Esa vida disfrazada de sacrificio para los ojos ajenos. No hago nada importante.
Bah, mejor dicho, no creo tener esa eficiencia importante para alguien o para el resto. Tampoco se donde encontrarla.
La verdad estoy bastante cansada de que mi cabeza me juegue malas pasadas. Siempre empiezo algo entusiasmada y el exceso de pensamientos me lo arrebata en lo que dura un santiamén. Todavía no sé sacar provecho de eso. Tener dos cerebros es muy agotador. Creo que todos los tenemos. 
Lo que verdaderamente importa es cuál resuena más en tu cabeza. 
No creo que haya signo zodiacal más acertado que el mío. Géminis. Los gemelos. Dos personas. Dos cabezas en una.Podrían ser iguales o distintas. Buenos o malos. Ni idea. 
Pero tengo mucho de ellos.
Yo creo en las cosas que me convencen.
Creo profundamente en esos dos gemelos. A uno de ellos le tengo que dar una pastillita, para que se calme. A veces habla un montón, no se calla el desgraciado. Sin embargo el otro habla bajo, es más tímido. Sabe hablar en los momentos justos y logra resonar más fuerte. Por eso es inteligente. Hasta espera mis momentos de impulso para acotar, sabe cómo ponerme activa. 
El otro mira todo de reojo y se pone celoso. Sabe que no le estoy prestando atención por eso empieza a gritar boludeces. De vez en cuando grita tanto que no me queda otra que prestarle atención. Pero el es ventajero. Pícaro. Y no menos inteligente.Sabe convencer. Podría venderle lapiceras a un manco. 
Por eso me envuelve.
Ya decidí que está convivencia no da para más. Somos tres en un mono ambiente, todo es un quilombo. Encima nunca nos ponemos de acuerdo en nada. 
Yo ya sé con quien debería convivir. Lo qué pasa es que el ventajero paga la renta siempre puntual. No tengo muchas excusas para echarlo. Además sé que tiene sus momentos sabios. Sabe ponerme un stop. 
Pero es tan insoportable.
Con el me sentaría en un café a pedirle una opiñion. O le preguntaría qué piensa sobre alguien especial. (Es bueno para sacar fichas). Pero no para estar gran parte del día escuchándolo.
Sé que depende de mi el tema de los inquilinos. Todavía no llegue a una decisión. Debería. La situación no da para más.
Mientras tanto seguiré buscando en secreto su reemplazo.
Y esperemos, que llegue alguien mejor.
Y menos charlatán.

sábado, 27 de abril de 2019

Arrivederci

Lo único lindo del insomnio es pensarte, sino sería aburrido.
Me pregunto si en ese momento estarás soñando conmigo, o si a veces te agarra desprevenido algún recuerdo mío.
Gusto idear que cuando dos mentes se recuerdan mutuamente, en un momento exacto, se dejan un sello en el alma.
[Yo lo hago tan seguido que, si fuese por mi, nuestros corazones estarían más sellados que tu pasaporte]
A diferencia de que la libreta se cambia, y el cuore no.
Ojalá que mientras yo te piense, vos también. 
Sueño con vos, y me gusta porque es como tenerte cerca. 
Todavía no sé si es un privilegio o un castigo.
Pero te extraño de más,
y me doy cuenta, porque sigo durmiendo con tu remera

jueves, 14 de marzo de 2019

Lunedì VI

-Romances en tiempos de aplicaciones,
-Aplicaciones que no dan tiempo al romance,
-Y tiempos que al romance, ya no se aplican...
El querer en época milenial es un código enigma que nadie sabe resolver. Ni el mismo Alan Turing sería capaz de descifrar. Creemos que tenemos todo bajo control y que las relaciones son tan fáciles como conseguir sexo.
Y cuando se presenta alguien, capaz de hacernos dudar de todo eso que teníamos como sabido, con una presencia capaz de iluminar soles y de curar estigmas... zaz! Imponemos trabas inconscientes y cerramos puertas en narices. Puertas que daban paso a emociones que eran un mundo...desconocido. 
Y que daba y da, temor conocer.
Y cuando caemos de que no era solo una puerta, sino un portal de oportunidades, llegar a el ya no es tan fácil.
Un laberinto se presenta en frente y para llegar hay que pasar noches de insomnio y vender un pedazo de alma.
Y cuando por fin estas en el tramo final y vez el portal desde el pasillo, te das cuenta de que se va achicando.
y correr no alcanza, porque en una milésima de segundo el portal desapareció. Y ahí estamos, atrapados, abandonados en un pedacito de infierno, con un corazón incompleto.
Atormentados con preguntas sin respuesta y tratando de formular una salida desgarrándonos la mente.
Todo esto es el amor en los tiempos violentos.
Violentos por qué, nadie merece quedar preso en sus propios pensamientos, ni ser arrasado por una ola de sentimientos salvajes, sin saber nadar.
Injustamente a todos en algún momento nos toca naufragar a la deriva, y padecer esa perplejidad de a dónde nos embarcará la "apacible" marea de la vida.
Rogando, que los días sean calmos y afanarnos remando, para que la balza no se tumbe.
Y pensar a gritos,
-casi tan fuertes, que dejan eco-
que ojalá,  
en algún momento,
Volvamos a pisar
tierra firme.


jueves, 7 de marzo de 2019

Dos sentidos.

A veces
Veo amor en todas partes.
Veo almas genuinas,
Veo caricias tibias,
y besos en la frente,
sinceros.
Veo miradas con aires de pasión,
y manos entrelazadas...
También escucho.
Escucho promesas
Escucho risas,
Incontenibles y espontáneas,
Capaces de solucionar cualquier guerra
-a carcajadas-
Pero también veo almas incompletas,
veo abismos profundos
con pies curiosos en sus bordes
y veo soledades qué,
se
aferran
a uno
y no
se
van.
Veo manos enlazadas con el aire,
Y en los dedos incorrectos.
Pero...
Veo mis manos,
Sin las tuyas
Y escucho el crujido de mil corazones romperse.
Escucho agrietarse las pieles,
Poesía no sentida,
y el ruido del vacío...
Así y todo,
El peor de los estruendos
Es tu ausencia.
Y lo peor de mis miradas,
es que no se topen con las tuyas.



miércoles, 13 de febrero de 2019

Hippie Thoughts

Es agotador.

Bienvenidos a la narrativa de mi vida en loop.
    Que arranca mas o menos así:
  • Me levanto.
  • Me baño.
  • Me cambio.
  • Tomo el tren.
  • Misma rutina de siempre.
  • Distinto vagón, distintas personas.
  • Tomo el subte, otro andén, mismo "edén".
  • Llego al trabajo. Almuerzo.
  • Me siento en la silla color bordó. Giratoria.
  • Prendo la computadora.
  • Checkeo los e-mails.
  • Abro las redes.
  • Atiendo el télefono.
  • Abro la puerta.
La emocionante vida de una recepcionista.

  • Contesto a los "buen día" con tono amigable.
  • Respondo los "como estas?" en piloto automático
  • "Bien, vos?"
Es agotador.
  • Se hacen las 5. Me tomo un café.
  • Refresco las redes.
  • Repaso italiano.
  • Se hacen las 6. La gente se va. 
"Hasta mañana" me dicen.
"Hasta mañana!" respondo, con falso entusiasmo.
  • Se hacen las 7. Cierro la puerta de vidrio. Pesada, pero frágil.
  • Como mi paciencia.
  • Me tomo el Subte. O el colectivo, si es que quiero innovar.
  • Me tomo el tren.
  • Me buscan en la estación.
"Como estuvo tu día?"
Y...Bien.
Queriendo responder "Una mierda"
Pero la gente no quiere escuchar cosas negativas.
Es entrar en un mundo de preguntas y sermones aburridos.
  • Simulo.
  • Llego a casa.
  • Ceno.
  • Me voy a dormir.

Y todo empieza otra vez.
Te deprimiste leyendo esto? Imagínate yo que lo vivo todos los días hace tres años.
Pensarán: "Y bueno, hace algo para cambiarlo, busca otro trabajo"
Como si existiera una galera mágica laboral.
"Hoy de que queres trabajar?
Mmm..de community manager.
Ok, tomá. Next!"
Es agotador.
¿Quien inventó estos mecanismos de vida rutinaria?
¿A quien carajo se le ocurrió que la vida tenía que basarse en disconformidad, para alcanzar una meta?
Muchos verán en este párrafo toneladas de negatividad.
A mi me gusta llamarlo realidad. No solo mía. De muchos.
Entenderán lo que es entrar a trabajar de día y salir de noche.
(En verano soy un poco mas feliz porque cuando salgo todavía es de día, y me da el solcito en la cara.)
¿Que tan miserable es mi vida que me entusiasmo por eso?
Entenderán el caos del transporte público.
Entenderán lo incomodo que es romper los limites de la intimidad,
con una persona,
que no conoces,
a la fuerza,
Porque no hay tiempo de esperar otro tren.
Entenderán las demoras.
Entenderán las llegadas tarde.
Entenderán la rutina.
Entenderán la impotencia de sentir vacío.
"A que queres llegar con este descargo?"
La verdad? No sé. Me pregunto, después de pasar por este mecanismo todos los días de mi vida,
por donde pasa la felicidad realmente. Y por qué es tan difícil.
¿Tan complicado es llegar a momentos de plenitud? ¿Cuanto hay que sacrificar?
¿Lo vale realmente?
"Bue, tan infeliz sos?"
La felicidad esta sobre valorada
Uno no puede vivir en un estado de felicidad constante, eso lo sabemos.
Y el que dice que si, que me pase la receta.
La palabra infelicidad esta censurada.
Uno no puede decir que es infeliz, que ya es pecado. Y te mandan al psicólogo.
No entiendo, porque tiene que ser tan dificil estar feliz.
Y no vengan con la gilada "think positive" "Lo que pensás lo atraes" "Yolo"
A mi dame realidad.
Cuando estas hueca por dentro, cuando sentís impotencia, bronca por no poder hacer otra cosa, por no poder llegar a fin de mes, por no poder ahorrar, por no poder irte a vivir solo -así y todo trabajando todos los días-, cuando no poder viajar, cuando tenes la presión de tener un titulo, porque sin eso no sos nadie y no tenes un "futuro sólido", pero peor aún, es sentir que no sos bueno en nada, porque todavía no descubriste lo que "amas" y queres ser el resto de tu vida.
El resto de tu vida.
¿Soy a la única que le parece un montón?
No tendría por qué ser fácil entender eso.
Y sí, hago cosas que me gustan. Paso momentos lindos. Hay gente que me quiere y la quiero. Me río.
No soy una amargada, no me falta sexo, ni novio.
Simplemente me cuestiono. Como muchos.
¿Vos, cual consideras tu estado de plenitud máximo?
Imaginalo.
El mío, por ejemplo. Es muy sencillo. Y por eso, es tan sencillo que roza lo imposible.
Ahora, que tan lejos estas de esa plenitud? Puede ser cualquier cosa.
No hablemos de dinero, ni de cosas materiales.
Seamos mas profundos.
Tratemos de pensar un cuerpo sin estrés. Sin rutina. ¿Será eso posible? Quiero pensar que sí.
A mi lo único que me reconforta por ahora es esto, plasmar mis pensamientos en -algún lado-
Y leer. Que es como el portal a otro mundo.
Dios mío. Menos mal que existen los libros.
Y la música.
En fin, vivimos presos en la ilusión de una libertad ficticia.
                                          Resultado de imagen para cuanta vida te esta costando tu sueldo


lunes, 2 de julio de 2018

Viernes 29.

El día 29 volvía de salir con una amiga, ya era bastante tarde para tomar el transporte público sola, pero bueno. Como siempre una vez más me mandé. A mí no me desagrada, es más lo disfruto bastante porque a esas horas no hay nadie y me da mucha tranquilidad mental. Poca gente. Poco ruido. Pero muchos pensamientos. Me tome el subte a constitución, línea C, y me subí en el 1er vagón. No se porque en ese momento se me vino a la mente algo q escuché en algún lugar, que pasada cierta hora, la gente que practicaba dogging (relaciones sexuales en lugares públicos) se le daba preferentemente en los 1ros vagones de los transportes. Tampoco se porque lo aclaro.
Sin creer en eso, me subí. Solo estaba yo y un chico más, que escuchaba música. El flaco se baja en Av. de Mayo si mal no recuerdo y quedo sola. Fue ahí cuando me vi en el reflejo del vidrio del vagón, y me alegré de la independencia y falta de miedo que manejo. Eran las 11 de la noche. En un subte. Capaz otra no se animaba a viajar a esa hora, sola. No sé.
Ahi supe que iba a poder siempre con todo.
Viajar.
Y ahí caí. Viajar. Yo viajaba; en tren, subte, auto, bondi. Pero esta vez viajaba en serio. Me iba, me iba a otro continente. No me pregunten porque relacione todo esto en una milésima de segundo, cómo que mil cosas se relacionaron y para mí tenía todo el sentido del mundo. Iba a tomarme un avión, iba a estar 45 días lejos de casa, de la rutina, de la línea C y del 59.
En ese mismo momento me di cuenta que realmente iba a pasar, iba a conocer una fraccióncita de este mundo. Y que iba a ser yo contra todo, sola o acompañada iba a poder. Y me dio miedo, pero alegría, porque, que afortunada era no cierto? Pensé en la linyera qué pasó por el vagón hace un rato a darme un papelito que no tenía escrito nada, era solo un pedacito de diario, para ver si podía ganar una moneda. Supe que no todo el mundo puede, pero yo en este momento podía.
Quizá me crean exagerada por dedicar tanto párrafo a algo que ni siquiera viví todavía, yo soy así, tengo la conciencia medio sensible, o capaz aprendí un poco más lo que es el sacrificio. Porque, a su vez pensé que al otro día tenía que estar levantándome temprano otra vez para ir a trabajar, pero afortunadamente sólo faltaban 25 días para que todo haya valido la pena.
Y ahí, realmente caí.

Dialogo profesional

-Sabes qué Marie, a veces me preocupa entender a fondo los problemas de los pacientes psiquiátricos, maníacos, bipolares, trastornados o dep...