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viernes, 22 de marzo de 2019

Definiendo(me)

-Estoy entendiendo lo poderoso que es el cerebro.Pero todavía no se como usarlo para mi beneficio.
-Siempre reprimo mis ganas de llorar, porque son por pelotudeces y no sabría justificarme si me ven.
-A veces siento que me tambaleo por fuera, minimamente.
-Me gustaría saber muuucho sobre un tema, pero no hago nada al respecto para cumplirlo.
-Caí en la burbuja social en la que vivimos, por una propaganda de una novela.
-Sé que llamo la atención y me gusta llamarla también.
-Me gustaría ser una artista reconocida.
-Me gusta el arte erótico. Siento que es hermoso y poco valorado por lo tabú.
-Disfruto mas un beso que cojer.
-Creo que la homosexualidad es de nacimiento.
-Sería muy feliz trabajando de moza en un bar en la playa.
-Miento cuando lo creo necesario.
-No duermo bien de noche.
-La semana de la dulzura es una pelotudez.
-Las redes sociales me enferman.
-Lo simple y básico siempre es más.
-Tengo secretos bizarros que jamas le contaría a alguien.
-Mirar un punto fijo me da placer.
-Ya no me miro tanto en el espejo.
-A veces no se porque tomo mate.
-Me gustaría alguna vez en mi vida presenciar una aurora boreal.
-Me gustaría tener pecas.
-La música potencia cualquier sensación emocional.
-Te tienen que pasar cosas malas para ver cosas buenas.
-La desesperación es el motor de ultimo recurso que usamos para hacer cosas o muy negativas o muy positivas.
-Me acuerdo del perfume de cada persona cercana. Suelo identificarlo fácil cuando camino por la calle. Y me trae nostalgia.
-Definitivamente mis estados de ansiedad son la replica de un estado de drogadiccion.
-Ser firme y mantener mis convicciones me es bastante complicado. Cambiar de rutina o habito, también.
-Aparento mucho lo que no soy.
-Me pasa que a veces, pocas, tengo 2 minutos de claridad, en los que entiendo TODO, todo eh, después se pasa y no me acuerdo.
-Si hay algo que me define es el álbum de papá “white sheep” que escuchaba en el Mondeo.
-En momentos de crisis puedo pensar hasta 50 cosas x minuto.
-Claramente la rutina me hace como el ojete, y la gente también.
-Trato de acordarme lo que viví para bien y como me ayudó a crecer.
-Nunca hagas sentir mal a alguien.
-Trata de decir que no cuando realmente lo sientas.
-Siento la terrible necesidad de empezar de cero en algún lado.
-Creo que no sirvo para estudiar.
-Me pierdo cosas por miedo.
-Me preocupaba no enamorarme nunca.
-Siento mucho y no sé donde ponerlo.
-Tiendo a deprimirme con facilidad. 
-Idealizo absolutamente todo.
-La ignorancia o desinformación es debilidad.
-Soy muy egoísta.

jueves, 14 de marzo de 2019

Lunedì VI

-Romances en tiempos de aplicaciones,
-Aplicaciones que no dan tiempo al romance,
-Y tiempos que al romance, ya no se aplican...
El querer en época milenial es un código enigma que nadie sabe resolver. Ni el mismo Alan Turing sería capaz de descifrar. Creemos que tenemos todo bajo control y que las relaciones son tan fáciles como conseguir sexo.
Y cuando se presenta alguien, capaz de hacernos dudar de todo eso que teníamos como sabido, con una presencia capaz de iluminar soles y de curar estigmas... zaz! Imponemos trabas inconscientes y cerramos puertas en narices. Puertas que daban paso a emociones que eran un mundo...desconocido. 
Y que daba y da, temor conocer.
Y cuando caemos de que no era solo una puerta, sino un portal de oportunidades, llegar a el ya no es tan fácil.
Un laberinto se presenta en frente y para llegar hay que pasar noches de insomnio y vender un pedazo de alma.
Y cuando por fin estas en el tramo final y vez el portal desde el pasillo, te das cuenta de que se va achicando.
y correr no alcanza, porque en una milésima de segundo el portal desapareció. Y ahí estamos, atrapados, abandonados en un pedacito de infierno, con un corazón incompleto.
Atormentados con preguntas sin respuesta y tratando de formular una salida desgarrándonos la mente.
Todo esto es el amor en los tiempos violentos.
Violentos por qué, nadie merece quedar preso en sus propios pensamientos, ni ser arrasado por una ola de sentimientos salvajes, sin saber nadar.
Injustamente a todos en algún momento nos toca naufragar a la deriva, y padecer esa perplejidad de a dónde nos embarcará la "apacible" marea de la vida.
Rogando, que los días sean calmos y afanarnos remando, para que la balza no se tumbe.
Y pensar a gritos,
-casi tan fuertes, que dejan eco-
que ojalá,  
en algún momento,
Volvamos a pisar
tierra firme.


lunes, 2 de julio de 2018

Viernes 29.

El día 29 volvía de salir con una amiga, ya era bastante tarde para tomar el transporte público sola, pero bueno. Como siempre una vez más me mandé. A mí no me desagrada, es más lo disfruto bastante porque a esas horas no hay nadie y me da mucha tranquilidad mental. Poca gente. Poco ruido. Pero muchos pensamientos. Me tome el subte a constitución, línea C, y me subí en el 1er vagón. No se porque en ese momento se me vino a la mente algo q escuché en algún lugar, que pasada cierta hora, la gente que practicaba dogging (relaciones sexuales en lugares públicos) se le daba preferentemente en los 1ros vagones de los transportes. Tampoco se porque lo aclaro.
Sin creer en eso, me subí. Solo estaba yo y un chico más, que escuchaba música. El flaco se baja en Av. de Mayo si mal no recuerdo y quedo sola. Fue ahí cuando me vi en el reflejo del vidrio del vagón, y me alegré de la independencia y falta de miedo que manejo. Eran las 11 de la noche. En un subte. Capaz otra no se animaba a viajar a esa hora, sola. No sé.
Ahi supe que iba a poder siempre con todo.
Viajar.
Y ahí caí. Viajar. Yo viajaba; en tren, subte, auto, bondi. Pero esta vez viajaba en serio. Me iba, me iba a otro continente. No me pregunten porque relacione todo esto en una milésima de segundo, cómo que mil cosas se relacionaron y para mí tenía todo el sentido del mundo. Iba a tomarme un avión, iba a estar 45 días lejos de casa, de la rutina, de la línea C y del 59.
En ese mismo momento me di cuenta que realmente iba a pasar, iba a conocer una fraccióncita de este mundo. Y que iba a ser yo contra todo, sola o acompañada iba a poder. Y me dio miedo, pero alegría, porque, que afortunada era no cierto? Pensé en la linyera qué pasó por el vagón hace un rato a darme un papelito que no tenía escrito nada, era solo un pedacito de diario, para ver si podía ganar una moneda. Supe que no todo el mundo puede, pero yo en este momento podía.
Quizá me crean exagerada por dedicar tanto párrafo a algo que ni siquiera viví todavía, yo soy así, tengo la conciencia medio sensible, o capaz aprendí un poco más lo que es el sacrificio. Porque, a su vez pensé que al otro día tenía que estar levantándome temprano otra vez para ir a trabajar, pero afortunadamente sólo faltaban 25 días para que todo haya valido la pena.
Y ahí, realmente caí.

Dialogo profesional

-Sabes qué Marie, a veces me preocupa entender a fondo los problemas de los pacientes psiquiátricos, maníacos, bipolares, trastornados o dep...