Bastó con un golpecito
de tu yema en mi frente
para despertarme
en un salto
como quien vuelve de la muerte.
En esa brecha
entre dormida y despierta
prendiste una vela
y me hiciste pedir un deseo.
Al otro día te fuiste
sola, en silencio,
cargando el misterio.
Quizás por eso
ahora no duermo
ahora no duermo
dejé en esa llama
mi último sueño.
mi último sueño.