Lo más terrible
de dos
que no pueden amarse
no es la razón,
la distancia,
ni el por qué,
sino las acciones
más ínfimas
y verdaderas
que te hicieron sentir amado
y se quedan
en lo más profundo de la memoria.
Me pregunto
como una niña
que cuestiona el mundo:
si no serán esos recuerdos
irremovibles
de las pocas señales
que manda el destino.
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