miércoles, 31 de julio de 2019

La ausencia se siente.

Me duele la risa,
cada trago de saliva.
Me duele el aire y las llagas,
los ojos del ceño triste
y caminar.
Duele la espalda
de cargar con la angustia
pero lo que más me duele
es el cuello,
de mirar hacia abajo
esperando encontrar algo.

El amor egoísta.

¿Por qué me obsequiaría un mundo
De su inmensa galaxia?
Dejando a miles
Sin nada
Si yo solo abarcaría
un diminuto espacio
Igual al que ocupe
en tu alma
que ahora,
llora desolada.

Tiempos.

Dos meses de agonía
podrían ser sólo un minuto.

Por lo menos
cada decisión
que tardé en tomar
fue para otro
una revelación,
de tan solo segundos.

Vos y yo.

Pasado,
Presente,
Y futuro eterno.
En la aguda intuición
Y en la sabiduría de la experiencia
Fuimos hermanos,
Hijos,
Amantes,
Al compás del galope
Al ritmo del trote,
En alguna orilla
De algún océano lejano
nos tocó otra vez
Coincidir la vida
Y doy gracias
De poder reconocerte en ella
Por el brillo de tu mirada
Cuándo choca con la mia.




Poema inspirado en el libro "Lazos de amor" de Brian Weiss.

Mi corazón chico.


Lo tenes en tu palma,
en tu uña.
Lo llevas de un lado a otro
Porque es sencillo de transportar.
Y de qué sirve,
Si lo más cerca que estoy
De tus besos
Es cuando llevas
tu mano a la boca
Y tu sueños,
Solo
se tornan míos,
Cuando tu palma
Reposa bajo la almohada.

Ahora y siempre.

No hay reemplazo
A lo que dejó
tu incertidumbre.
Me aferro a la idea
De que fuiste y sos
En otra parte.
Y fuimos y somos
En el recuerdo.

viernes, 19 de julio de 2019

Cómo deberían ser las cosas.

A cupido me lo imagino un tipo depresivo. ¿Te imaginas que tu labor sea darle amor a todo el mundo mientras vos andas por la vida ahí solo?. Se me hace que en la aljaba esconde una petaca de whisky y entre flechazo y flechazo se toma un shot. No me cabe duda de que los amores no correspondidos son producto de esa borrachera por falta de puntería. Que paradoja la de ese adolescente celestial, que se encarga de dar amores y de no recibir ninguno. Me pregunto porque se le habrá otorgado a un alma tan joven la tarea de unir destinos, sin tener una mínima experiencia. Cupido debería ser un viejito. Si, un viejito viudo, de esos sabios, que vivieron el mejor de los amores y una vida plena, con arrugas en las manos y una colección amplia de enciclopedia. Que tenga en claro el valor de cada flecha y la importancia de la puntería. Su jubilación sería su gran recompensa, le darían alas y una medalla dorada reafirmando su basta experiencia. Quizás así el amor sea un poco más justo y sincero, quien sabe.

Hablando de metáforas


El amor lleva la misma incertidumbre que la de un practicante de tiro con arco.
No importa la experiencia que tenga en el deporte, siempre le lleva varios minutos decidir la postura y el punto exacto donde efectuar su tiro.
Y una vez lanzada la flecha ya no hay vuelta atrás, pudo haber acertado en el blanco o errarle por unos centímetros. Así y todo no descansaría hasta que la flecha llegue milimétricamente al centro y cuando lo logran, la satisfacción alcanzada se siente el doble. Sin embargo a los arqueros jamás se les ocurriría relacionar su práctica con la rebuscada idea del querer, sino ya andarían presumiendo y llamándose a sí mismos, los expertos de la perseverancia en la praxis del amor.

jueves, 18 de julio de 2019

Por favor, no.

Soplé los restos
de nosotros
y me llené la cara
de polvo y de recuerdos.
Cerré la ventana entreabierta
que por las noches
susurraba tu nombre.

Caminé cuesta arriba,
para transpirar
todo lo que me habías dado.

Y limpie tu nombre
que quedó escrito
 en un ventrículo empañado 
la noche que llovimos.

[No vuelvas en forma de polvo,
ni de viento,
ni sudor,
ni llovizna,
por favor, no vuelvas.]


Contra viento y marea.


Mi amor pesaba tanto
que tuve que elegir 
entre lágrimas
o la contención de un abrazo,
para no ahogarme.

Un día ganó el llanto 
y decidí soltarte
-Fue solo un segundo amor, 
te lo juro-
y mi cuerpo salió a flote
expulsado por la ligereza del alivio.

lunes, 15 de julio de 2019

El hijo que brotó.

Arando la tierra
me encontré sembrando
algo desconocido.
Lo regué por curiosidad
y creció tan rápido
que apenas lo miré,
sus raíces me llegaban
de la cabeza a los pies.
Dibujo de @taylaob.art
Me enredó en sus hojas,
me acosté entre sus flores.
También me clavó sus ramas,
su corteza me raspó.
Dibujo de @taylaob.art
Así y todo
regarlo era un privilegio.
Dibujo de @taylaob.art.





domingo, 14 de julio de 2019

Salió de la galera


No creía en sus trucos, 
excepto
cuando sonreía.
Su gesto
podía
darme
vuelta
el mundo,
y yo todavía pensaba
que la magia no existía.

Un ratito más

Los medios besos 
nacidos de una comisura
y mis dedos enredados
en el caos de tu pelo.
 Llámese ilusión de felicidad 
a eso que termina 
cuando la despedida 
interrumpe.
Siempre fué y será
 la peor parte.
 Ningún ultimo beso 
es el adecuado
 para transmitirte mis ganas 
de que no te vayas.

Solo una noche.

-Si encontras mis aros 
avísame- 
Dije mientras bajaba del auto
haciendo énfasis 
en algo irrelevante.
De alguna forma, buscaba  
metáforas o sugerencias
de esa noche.
***
Pasamos a desconocidos 
en el momento justo
en que cerré la puerta. 
Los besos se borraron 
con el roce de la ropa.
-Te mando un mensaje-
me dijo
y los dos sabíamos,
que 
no 
iba 
a
pasar.

Donde no llegamos.

Nuestra alma tiene un alma
Y el alma del alma, un alma.
Por eso a veces es tan profundo,
que extirpar un sentimiento
se torna imposible.

Otras maneras de morir.


Creí que éramos almas gemelas
y todavía lo sigo creyendo.
No se encaprichen
con una persona.
Les aseguro,
que hay otras maneras
de morir más rápido.

jueves, 11 de julio de 2019

Inocencia

Dijeron que el amor, 
 era de a dos
y ahí andaba yo 
viviéndolo sola.
¿Cómo salgo de esto?
Le pregunté a la experiencia.
"Tiempo al tiempo"
 respondió,
y salí desesperada
a comprar otro reloj.

lunes, 8 de julio de 2019

Una copa o dos.

Con dos copas de tinto y una inmensa culpa brindé, bah, brindamos, él y yo; El diablo y yo.
No cuenta como infierno si te gusta como quema” leí en algún lado. Entonces me senté en el fuego, me froté las manos y gocé. Por un momento cambiamos de roles, él recitó mandamientos y yo me reí de sus desgracias. En esos minutos reveladores, aprendí.
No está mal ser diablo por una noche, mientras que el calor de las llamas no derrita los valores.
-Ya, dámelo -dijo él, tendiendo la mano. -¿qué? Le respondí, con el tridente en el regazo.
Con la vejiga llena de vino me despedí, eructé el desasosiego y resoplé pesadumbre.
 La memoria se tambaleó o bailó y el vacío se instaló otra noche, para amanecer al día siguiente en forma de resaca.



Me tocó a mi.

Que picardía la del tiempo, que pasaba sabiendo que el destino nos separaría y así y todo dejaba sin que me diera cuenta, que me enamore de tus defectos.
Y el último grano, de ese reloj de arena que fue nuestro, acabó conmigo sin dar ventaja, casi tan rápido como el alcance de una bala perdida.

domingo, 7 de julio de 2019

Alzheimer.

Los recuerdos estan hechos de cristal. Son tan frágiles como una rosa florecida dentro de una cajita cristalina. Si los tocas mucho se le caen los pétalos y si los agarras muy fuerte, te podes pinchar.
Son tan inevitables como respirar y a veces llegan en forma de reminiscencia. Recordar se hace con nostalgia, si no, no es recuerdo. Considero poco probable poder sumergirse en algún rincón de la memoria, sin sentirse un poco miserable.
A los recuerdos se los respeta, porque son un un pedacito de lo que alguna vez fuimos, son resistencia y son lucha, porque llevarlos dentro a veces puede dar batalla.
Sin memoria y sin recuerdos somos un envase vacío.
A veces, me pregunto como harán aquellos que padecen la terrible desgracia de no poder recordar, aún así, sin saberlo. Y otras, en algún que otra ocasión, les tengo envidia.


"Los recuerdos son demasiado dolorosos para tocarlos" J.R Johansson

Money, honey.

Mi vida es como mi billetera,
Ando siempre sin un mango.
A veces, porque mi cuenta está en dos cifras y otras por pereza.
Me cobran $140 y en la billetera tengo $150.
Soy a la que veces la suerte acompaña,
y muchas otras,
la obliga a ir al cajero.

Carta al deprimido.

Te escribo esto con el único fin de recordarte cuánto te quiero y te extraño.
Estás muy lejos pero te tengo muy presente siempre. También te escribo sabiendo que tus días por St. Paul no están siendo los mejores y que tus ánimos no están en sus notas más altas. Entendiéndote (por experiencia propia) y abrazándote a la distancia. Deseando que -sea lo que estés sintiendo- pueda sanar prontamente (así será).Pero lo más importante que quería recordarte es que, sin tristeza no hay alegría y sin debilidad no hay fuerza de voluntad que valga. Y no son solo antónimos, son una prueba hecha palabra de que el lado Malo tiene lado B-ueno.
Y detrás de esos días nublados hay arcoíris y más poderoso que la aflicción es el alborozo. Es cuestión de sacar tu esencia a brillar, que solo está un poco opaca, pero no hay pomada que no la pueda lustrar! Eso lo tenes que saber. Y también, que ninguna distancia financia el olvido, que del otro lado del charco tenes a muchos que te apoyan y te aman.
Y Yo no soy una excepción.
Te quiero muchísimo.
Coni.

El amor fuera del libro.

Leo en un montón de libros y escucho en un montón de canciones que el desamor pasa y las heridas profundas se vuelven a llenar, pero sin dejar de mostrar que allí alguna vez estuvieron. Me cuesta creer cuando dicen que es cuestión de hacerle frente a la tristeza, para poder sanar. Como cuando somos niños y le tememos a que haya alguien en nuestro placard y nos dicen que debemos ser valientes y abrir sus puertas, para así verificar que no era más que una absurda ilusión. Sin embargo no se a que más le temo, si al abrir la puerta encontrarme con el vacío o que me devore el monstruo de la nostalgia y retroceder más casillas de las avanzadas. Porqué es así, cuando nos arriesgamos y tomamos coraje para vencer el miedo, siempre con algo nos encontraremos: con la nada misma o con todo aquello a lo que temíamos.
No sé si estoy preparada para enfrentarme a cualquiera de las dos incógnitas. Nunca fui muy valiente, casi siempre elijo quedarme donde sé que no me pueden hacer daño, aunque a veces hasta en el mayor lugar de comfort, me agarren desprevenida.

La soledad después de un flechazo


Me maquillo para todos, para nadie.
Después de vos, no pretendo 
que alguien se enamore de esta cara lavada
Ni de este corazón,
lleno de polvo.

jueves, 4 de julio de 2019

Historias añejas.

Nadie narraba historias con la misma euforia y vocación que la de mi abuelo. Las tardes de frío y de chocolate caliente acompañaban sus relatos y, cada sorbo, incrementaba la imaginación, dejándome siempre con ganas de otra taza. Era evidente su destreza para sumergirme en un mundo paralelo de fantasía donde el living se transformaba en bosque y el cielo raso en cielo azul.
Dentro de su catálogo había varios tipos de cuentos, leyendas y mitos. Aún así, yo tenía uno preferido, que destacaba sobre el resto porque su final era distinto a todos. Una vez acomodada en el sillón, el viejo silbaba una melodía meliflua con aires medievales que daba comienzo a la historia. Se trataba de una leyenda urbana, donde el protagonista era un dragón a quien todos le temían y en la cuál pasada cierta hora del día, los habitantes del pueblo tenían prohibido salir de sus casas.
No se sabía mucho del protagonista, solo que se adentraba en un bosque llamado Aznatsnoc y, según los dichos, su vivienda era una cueva oscura rodeada de huesos y adornada con huellas gigantes teñidas de carbón. Muchos pueblerinos habían intentado más de una vez adentrarse entre la maleza para acabar con él y con el miedo que les proporcionaba. El "reptil evolucionado" cómo muchos le decían, era todo un misterio. En verad, nunca nadie lo había visto, pero sí podían distinguir a la distancia sus llamaradas que sobresalían entre los árboles.
Cada nueva información o mínimo detalle que lograban conseguir los valientes, se pasaba de boca en boca. El pueblo debía mantenerse informado para evitar una desgracia. Le rendían ofrendas en medio del bosque que, al cabo de una semana, desaparecían por completo. Consideraban que era una suerte de pacto para que se mantuviera tranquilo. El tiempo transcurría y el dragón seguía vivo en los labios y memoria de cada generación que pasaba.
Luego de muchos años, las ofrendas dejaron de ser recogidas y las llamaradas de ser vistas. El pueblo estaba confundido, pero la leyenda se había transformado en parte de su historia. Pensaron que quizás el enorme reptil se había marchado o que estaba muy viejo y que, al fin, había decidido dejar de cobrarle al pueblo para descansar en paz. Fueron muchas las conjeturas y muy pocas las certezas.
-Vaya épocas de travesuras- dijo la anciana ardilla mientras se mecía en su antiguo sillón.
Sentado frente al fuego con sus nietos alrededor agregó -Pensar que me convertí en leyenda, con un encendedor de lata y unos buches de gasoil- dijo y largó una breve carcajada -Algún día ustedes también tendrán un gran secreto que se convertirá en historia. Los pequeños lo miraban con los ojos grandes; -Contános otro abue!- se escuchó desde un rincón.
 Y él viejo sonrió.





Dialogo profesional

-Sabes qué Marie, a veces me preocupa entender a fondo los problemas de los pacientes psiquiátricos, maníacos, bipolares, trastornados o dep...